En la última entrada hacía una introducción al mundo del CrossFit. Hoy quiero hablar de sus ventajas y de cómo es el sitio donde uno va a hacerlo, aunque tienes un ejemplo en la imagen que encabeza esta entrada.
Las ventajas de practicarlo
Al simple hecho de movernos, de entrenar, hemos de sumar más ventajas.
1. Se crea una comunidad. No entrenas por tu cuenta, sino con un grupo de personas. Pero no es la típica clase en grupo, tampoco. Cada cual ejecuta su propio entrenamiento y tiene sus capacidades y metas pero es motivador ver como cada uno pone lo mejor de su parte para lograr sus objetivos.
2. Te superas poco a poco. Ver que hoy has levantado más o que has sido capaz de algo inesperado es siempre una buena noticia.
3. Ves crecer tus límites. Sales de tu zona de confort (perdón por el anglicismo, pero así lo escribí en su momento y es por mantener el criterio) y haces cosas de las que no te creías capaz o a las que tenías miedo, siempre manteniendo la seguridad y sabiendo que te están vigilando. En el punto 2 me refiero a mejorar en una actividad. En este punto 3 me refiero a hacer más actividades.
4. Tienes apoyo continuo de un monitor. Si bien la motivación tiene que venir de dentro de uno, también ayuda que, cuando te paras en actitud de "no puedo más", llegue el entrenador y te diga "¡Venga, Carlos! ¡Muy bien, muy bien, muy bien! ¡Sigueeeeeee!". O cuando te dicen "Esa sentadilla... ¡más abajo!" y te acuerdas de que las trampas no valen, que no hay atajos, que lo que vale es hacer las cosas bien.
5. Mejoras físicamente. Al entrenar en grupos pequeños siempre recibes los consejos del entrenador, que te ayuda con la técnica, te explica todo correctamente y te asesora (en parte) con el peso que puedes llevar. Estos factores se combinan para lograr una mejora eficiente, integral.
6. Te automotivas. Además de lo comentado en el punto 4, también ayuda ver que si no puedes seguir pero los demás lo hacen, tú también puedes... ¡Y es que puedes!
7. Vences el estancamiento. No puedes elegir los entrenamientos, no puedes decir "hoy me salto este ejercicio" o "la pierna la entreno mejor mañana". No hay cabida para esas opciones. Cuando llegas al box no hay marcha atrás. Si el entrenamiento de ese día no te gusta, ajo y agua. Ya no sirve entrenar de más tus grupos favoritos y olvidarte de los atrasados. Aquí todo es un conjunto y no se sirve como un menú del día, sino de manera aleatoria, igual que ocurre en la naturaleza y la vida real.
8. Mejoras las otras facetas de tu vida. Aunque suene a tópico, es cierto. En un entrenamiento de gimnasio estándar se mejora básicamente la fuerza, la resistencia y/o a nivel cardiovascular. CrossFit intenta que toda la maquinaria corporal esté engrasada para lo que pueda venir. Así la mejora es progresiva y no ocurre aquello de que el día después de entrenar pierna no puedas subir escaleras. Siempre puedes dar más, tanto en el entrenamiento como fuera de él.
9. Cambia tu composición corporal. Claro que no se puede hacer que la grasa se convierta en músculo, pero se puede lograr perder la primera y crear el segundo. Es difícil, pero no imposible. Como todo en este campo, es progresivo. De forma natural tu cuerpo cambiará sin tener que enfrentarte a cambios de rutina de micro/macro ciclos y demás. Dale tiempo, aunque tampoco demasiado. Lo bueno se hace esperar y el cuerpo tiende a mantener una estabilidad. Es esa estabilidad la que mejora poco a poco en lugar de crear cambios temporales.
Recuerdo la charla que me dieron antes de empezar. Me decían que me harían darlo todo, sentir el dolor al día siguiente pero jamás un dolor insoportable, que me impidiera trabajar o hacer otras actividades. Y es verdad. Las agujetas son frecuentes pero nunca dolorosas o especialmente intensas. Sí, ¡me gusta!
El gimnasio: el box
Ya lo has visto más arriba. Al contrario que en un gimnasio tradicional, un box (literalmente, "caja") se parece más a una nave industrial. Es aquí donde se practica CrossFit.
Sabía que a todo el mundo le llama la atención la primera vez que ve uno pero yo ya los había visto por internet así que estaba preparado. Aún así me impactó. No hay espejos, ni uno. Pero tampoco hay prácticamente máquinas. Por eso se parece a una nave industrial. El espacio es amplio y las únicas cosas que ocupan sitio son algunos elementos como gomas elásticas, barras metálicas, pesas rusas o balones medicinales. Como ves, todo está orientado a los movimientos reales.
El lugar de entrenamiento tiene que ser también funcional. Por eso es necesario que haya herramientas, pero también espacio para correr, saltar a la comba o hacer flexiones. Los espejos se convierten en innecesarios ya que una premisa de esta disciplina es que el ego se queda en la puerta. La otra función de los espejos, la de autocorregirse, tampoco tiene sentido porque para eso están los entrenadores, perfectamente preparados y dispuestos para que mejores también en ese sentido.
Al simple hecho de movernos, de entrenar, hemos de sumar más ventajas.
1. Se crea una comunidad. No entrenas por tu cuenta, sino con un grupo de personas. Pero no es la típica clase en grupo, tampoco. Cada cual ejecuta su propio entrenamiento y tiene sus capacidades y metas pero es motivador ver como cada uno pone lo mejor de su parte para lograr sus objetivos.
2. Te superas poco a poco. Ver que hoy has levantado más o que has sido capaz de algo inesperado es siempre una buena noticia.
3. Ves crecer tus límites. Sales de tu zona de confort (perdón por el anglicismo, pero así lo escribí en su momento y es por mantener el criterio) y haces cosas de las que no te creías capaz o a las que tenías miedo, siempre manteniendo la seguridad y sabiendo que te están vigilando. En el punto 2 me refiero a mejorar en una actividad. En este punto 3 me refiero a hacer más actividades.
4. Tienes apoyo continuo de un monitor. Si bien la motivación tiene que venir de dentro de uno, también ayuda que, cuando te paras en actitud de "no puedo más", llegue el entrenador y te diga "¡Venga, Carlos! ¡Muy bien, muy bien, muy bien! ¡Sigueeeeeee!". O cuando te dicen "Esa sentadilla... ¡más abajo!" y te acuerdas de que las trampas no valen, que no hay atajos, que lo que vale es hacer las cosas bien.
5. Mejoras físicamente. Al entrenar en grupos pequeños siempre recibes los consejos del entrenador, que te ayuda con la técnica, te explica todo correctamente y te asesora (en parte) con el peso que puedes llevar. Estos factores se combinan para lograr una mejora eficiente, integral.
6. Te automotivas. Además de lo comentado en el punto 4, también ayuda ver que si no puedes seguir pero los demás lo hacen, tú también puedes... ¡Y es que puedes!
7. Vences el estancamiento. No puedes elegir los entrenamientos, no puedes decir "hoy me salto este ejercicio" o "la pierna la entreno mejor mañana". No hay cabida para esas opciones. Cuando llegas al box no hay marcha atrás. Si el entrenamiento de ese día no te gusta, ajo y agua. Ya no sirve entrenar de más tus grupos favoritos y olvidarte de los atrasados. Aquí todo es un conjunto y no se sirve como un menú del día, sino de manera aleatoria, igual que ocurre en la naturaleza y la vida real.
8. Mejoras las otras facetas de tu vida. Aunque suene a tópico, es cierto. En un entrenamiento de gimnasio estándar se mejora básicamente la fuerza, la resistencia y/o a nivel cardiovascular. CrossFit intenta que toda la maquinaria corporal esté engrasada para lo que pueda venir. Así la mejora es progresiva y no ocurre aquello de que el día después de entrenar pierna no puedas subir escaleras. Siempre puedes dar más, tanto en el entrenamiento como fuera de él.
9. Cambia tu composición corporal. Claro que no se puede hacer que la grasa se convierta en músculo, pero se puede lograr perder la primera y crear el segundo. Es difícil, pero no imposible. Como todo en este campo, es progresivo. De forma natural tu cuerpo cambiará sin tener que enfrentarte a cambios de rutina de micro/macro ciclos y demás. Dale tiempo, aunque tampoco demasiado. Lo bueno se hace esperar y el cuerpo tiende a mantener una estabilidad. Es esa estabilidad la que mejora poco a poco en lugar de crear cambios temporales.
Recuerdo la charla que me dieron antes de empezar. Me decían que me harían darlo todo, sentir el dolor al día siguiente pero jamás un dolor insoportable, que me impidiera trabajar o hacer otras actividades. Y es verdad. Las agujetas son frecuentes pero nunca dolorosas o especialmente intensas. Sí, ¡me gusta!
El gimnasio: el box
Ya lo has visto más arriba. Al contrario que en un gimnasio tradicional, un box (literalmente, "caja") se parece más a una nave industrial. Es aquí donde se practica CrossFit.
Sabía que a todo el mundo le llama la atención la primera vez que ve uno pero yo ya los había visto por internet así que estaba preparado. Aún así me impactó. No hay espejos, ni uno. Pero tampoco hay prácticamente máquinas. Por eso se parece a una nave industrial. El espacio es amplio y las únicas cosas que ocupan sitio son algunos elementos como gomas elásticas, barras metálicas, pesas rusas o balones medicinales. Como ves, todo está orientado a los movimientos reales.
El lugar de entrenamiento tiene que ser también funcional. Por eso es necesario que haya herramientas, pero también espacio para correr, saltar a la comba o hacer flexiones. Los espejos se convierten en innecesarios ya que una premisa de esta disciplina es que el ego se queda en la puerta. La otra función de los espejos, la de autocorregirse, tampoco tiene sentido porque para eso están los entrenadores, perfectamente preparados y dispuestos para que mejores también en ese sentido.
¿Te ha gustado todo esto sobre el CrossFit? Pues lo siguiente que comentaré es cómo acabé apuntándome a ello.
Imagen: www.fieldactivate.com
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