Tal y como decía ayer, ahora cuento un poco más de este libro titulado It Starts With Food. En esa entrada resumía su contenido así que ahora me gustaría compartir unas cuantas cosas interesantes que aparecen en él.
· Hay algunas comidas que son autolimitantes y otras que nos inducen a comer más, debido a que no se puede engañar a los sistemas de detección de saciedad en el cuerpo. Cuando ingerimos algo que no nutre, el cuerpo sigue demandando esos nutrientes que faltan. Les llaman "comida sin frenos". Por ejemplo: En el caso de las Oreo, la única razón para dejar de comer es cuando nuestras barrigas están físicamente llenas, y nos damos cuenta de que nos ponemos malos del exceso de consumo. Eso no son frenos en absoluto, sino el disparo del asiento proyectable. ¿Alguien se identifica? Yo, totalmente. Afortunadamente hace mucho que no como eso.
· Nos recuerdan lo difícil que es dejar de comer algunos alimentos. Estas comidas que no son sanas son muy difíciles de dejar. Primero, es difícil cambiar radicalmente tu dieta cuando tienes tantas asociaciones emocionales potentes con lo que comes. (...) Segundo, estas comidas están diseñadas para ser difíciles de dejar (...) porque crean una demanda artificial de querer más. Se refieren a comidas que creemos que son imprescindibles, que son tradicionales, que comemos como premio o para sentirnos mejor. Las comparan con aquellas que entran en el plan y son, por tanto, opuestas, ya que no crean adicción y son sanas.
· Hemos pervertido la nutrición, los alimentos, y nos parece normal. Vivimos atados al consumo de comida dañina que no debería ser llamada tal. Los sabores dulces, grasos y salados envían señales de placer y recompensa al cerebro. En la naturaleza, estas señales se diseñaron para inducirnos a una nutrición y supervivencia valiosas. Hoy, estas sensaciones se concentran artificialmente en la comida, la cual está simultáneamente despojada de valiosa nutrición. Recordemos que de forma natural lo dulce (frutas, verduras), lo graso y lo salado (carne, pescado) forman parte de un sistema que identifica lo saludable con lo satisfactorio. Por desgracia esta vinculación ya no es cierta en el mundo moderno.
· En el tema de hormonas y, sobre todo de la insulina, directamente se lucen. Es una maravilla lo bien que nos explican todo y, además, este es uno de mis temas favoritos. Nos hablan también de la inflamación sistémica: Estas células, saturadas y funcionando principalmente con azúcar, producen (...) radicales libres, que causan daño celular. La respuesta a este daño es una cascada de respuestas inmunes, incluyendo la liberación de sustancias químicas inflamatorias, así como que las células inmunes (...) ayudan a reparar el tejido dañado. Esta respuesta inmune se llama inflamación sistémica (...) e incrementa aún más la resistencia a la insulina". ¡Casi nada! Y esto es un pequeño apunte de todo un capítulo sobre hormonas.
· Una de las ideas que en su día me hizo empezar la paleodieta aparece aquí plasmada: No hay una sola sustancia que promueva la salud que esté presente en los cereales que no puedas también obtenerla de las frutas y verduras. Además apuntan a que si se consideran en términos nutrientes/calorías, los cereales salen perdiendo.
· Esta es muy útil sobre todo para aquellos que aún siguen una dieta estándar o bien no están adaptados a la quema de grasa: Puede ser fácil confundir un antojo con hambre real, pero tenemos una aproximación fácil y rápida para diferenciarlos. Simplemente pregúntate, "¿estoy lo bastante hambriento/a para comer brécol y pescado al vapor?" Si la respuesta es no, entonces no estás realmente hambriento; simplemente tienes un antojo. También nos dicen que a algunos les pasa al contrario cuando empiezan el programa y simplemente reducen la ingesta porque no tienen hambre, cosa lógica si se come comida de verdad.
Estos son solo algunos apuntes que me han parecido interesantes. Si quieres comprar el libro, está en Amazon y en iTunes.
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