lunes, 30 de diciembre de 2013

Propósitos de año nuevo


"Hacemos el balance de lo bueno y malo, cinco minutos antes de la cuenta atrás". Lo decían Mecano y es cierto. Probablemente una de las pocas frases sensatas que escribieron es la que ahora me viene la mente, a poco más de 24 horas de que se termine 2013.

Cerrar el año y saludar al nuevo que entra es un momento emotivo pero simbólico, puesto que ese momento, ese cambio es más arbitrario que natural (no está basado en acontecimientos concretos como pueden ser los solsticios). Como mi cumpleaños es poco después, mis propósitos se fijan a partir de ahí, ya que puedo pensar con más claridad. También es una fecha que se puede considerar fruto del azar pero al menos es personal.

La mayoría, sin embargo, prefieren hacer su lista de "mejorar en..." para empezar el día 1 (o quizás el 2) de enero. Esto está apoyado en ese recuento o balance que nos cantaba Ana Torroja. Si hay algo que queremos cambiar, ese deseo encuentra un hueco con el cambio de año y el consabido "año nuevo, vida nueva".

Lo mío, en esta ocasión, será más bien sencillo. Al menos sobre papel. Voy a dejar de dar consejos de nutrición a quién no me los pida y ayudar más a quien sí lo desee. A aquellos que se sitúan en el punto medio de "pregunto pero en realidad voy a hacer lo que me salga de los cataplines" directamente los voy a ignorar. Y es que también llega un punto en el que uno se siente estúpido cuando intenta explicar las cosas y ve que al momento le cambian de tema y miran para otro lado. "¿Me has escuchado?"

No tengo pensado nada más, simplemente intentar ser un poquito mejor cada día, tener más paciencia, y ponerme más en el lugar del otro.

¿Cuáles son tus propósitos? Si te sirve, te recomiendo que los valores honestamente, fijes metas realistas, hagas un calendario si lo necesitas y no te frustres. Tampoco te dejes llevar demasiado por el énfasis del momento e incluso puede ser recomendable que fijes una fecha ligeramente posterior, como el 15 de enero, por ejemplo, con las fiestas ya bien terminadas.

Esta será la última entrada del año, así que deseo que tengas un 2014 cargado de éxitos, satisfacciones, amor, salud y que sea tan solo el principio de una vida mejor cada día. Me gustaría transmitir estos deseos todos los días, pero es más fácil cuando la ocasión se da a ello.

lunes, 23 de diciembre de 2013

¡A disfrutar de la Navidad!


Ahora que estamos a unas horas de nochebuena, es buen momento para prepararnos para las fiestas. Mañana será esa primera noche a la que seguirán las comidas de Navidad y Reyes, así como también las cenas de nochevieja y otras vísperas que proceda. Debido a lo especial de estos días, podemos aprovecharlos para que sean mejores que nunca en lugar de arrepentirnos una vez que hayan pasado.

Me gustaría dar una serie de consejos o ideas que puedan ayudarte en este propósito y me quedaré a la espera de que sumes los tuyos porque me encantaría leerlos. Algunos de los que doy son genéricos y otros específicos para los días que rodean el cambio de año.


¿Cuál es tu situación personal?
No es un consejo ni una idea, sino una evaluación previa inevitable. Antes de saber cómo prepararnos para todos estos eventos hemos de ponernos en situación. Si tenemos algún tipo de alergia o enfermedad, sabemos que hay unos límites que debemos respetar para evitar convertir estos días en una tortura. Piensa aún así en disfrutar. La palabra "restricción" debe convertirse en "opción" y de ahí a "disfrute". No dejes que un límite sea una frustración, sino la razón que te permita recorrer otro camino. ¿Diabetes? Olvida el turrón y disfruta de unos frutos secos. ¿Malestar estomacal? Mal día para que esto ocurra, pero una ocasión perfecta para preparar un caldo de pollo reconfortante y cambiar el "pues vaya putada, ¡en estas fechas!" por "Navidades originales". Y piensa en las risas cuando más adelante veas las fotos de la comilona con el caldo de pollo. Siempre hay forma de hacer que algo sea positivo.


Comiendo fuera de casa
Probablemente esta sea la situación más difícil de encarar. Ante la avalancha de postres neolíticos, ofrécete a llevar alguna receta que elabores previamente. Puedes probar con los polvorones del otro día. También puede ser buena idea preguntar qué habrá de menú por si fuese necesario llevar algo más, pero sin pasarse, que lo importante es disfrutar. Céntrate en hacer relaciones sociales, hablar con la gente que hace tiempo que no ves y en mantener una actitud positiva. Antes de que te dés cuenta todo habrá acabado, así que aleja tus manos de alimentos que te van a sentar mal y úsalas para abrazar, compartir, enseñar y comunicar con lenguaje no verbal.


Comiendo en casa
Como defensor de los platos sencillos, me parece imprescindible resaltarlos aquí nuevamente. Si te ha tocado preparar el menú para alguna de estas comidas o cenas, es un gran momento para simplificar. Hacer las cosas sencillas es muy importante. Estos días tendemos a preparar cincuenta platos, varios mariscos de distinta clase e infinitas variedades de turrón y otros dulces. Te recomiendo también los polvorones publicados recientemente. En cuanto a qué preparar, me encanta optar por carnes asadas con verduras. Además de que encajan con la celebración, a todo el mundo le suelen gustar. Si no te atreves con el cordero, otras opciones pueden ser más sencillas. El pollo al horno se prepara muy fácilmente y el resultado es siempre bueno. Acompaña el ave con unas verduras troceadas en la misma fuente. Para beber elige agua y té aunque un poco de vino también vendrá perfecto para acompañar. Insisto, un poco.


Socializa
Lo decía más arriba pero vuelvo sobre ello porque es importante aprovechar estas ocasiones. Esta es realmente la razón de todos estos eventos. Relaciónate con tu familia, amigos, o incluso recién conocidos. Habla, escucha, ríete, haz fotos, atiende a los demás y juega. Fíjate en cómo actúan los niños si hay alguno alrededor, ya que son los protagonistas reales y siempre nos enseñan algo.


Mantén una actitud positiva
Suena mal decir que tenemos que ser felices porque sí durante estos días. La realidad es que deberíamos ser felices casi siempre, y más aún cuando las circunstancias lo permitan. Con mantener una actitud positiva me refiero más al tema de la comida. Es peor comer algo "bueno" con una actitud "mala" ("esto me va a sentar mal") que al revés. De nuevo, disfruta. Maneja tus límites, pero disfruta.


Felicita y agradece
Parece que aquello de "feliz Navidad" es una muletilla sin importancia. Esta idea no me gusta nada. Cada vez que digo "feliz Navidad / año / cumpleaños / ..." intento darle sentido, decirlo de verdad y no de manera automática. Creo que así es mejor para ambas partes porque ese pensamiento también me hace sentir bien, esperando que realmente esa persona sea un poquito más feliz. También es importante agradecer, con palabras y con hechos. Los regalos que nos hacemos son una muestra física de agradecimiento (te regalo algo porque estoy agradecido de que formes parte de mi vida).


Crece
Si tienes vacaciones, este es un gran momento para expandirte. Como el clima no acompañará para otras actividades, estos días me gusta leer más y ver vídeos o películas de divulgación, de temas que me interesan. Seguramente aprovecharé la noche de fin de año para estar en vela aprendiendo un poco más. Hace años que no me interesa salir en nochevieja pero sí que el cambio de año puede tener un significado diferente si así uno lo quiere. Las fiestas también pueden servir para poner orden en ciertas tareas o proyectos.


Muévete
Dentro del contexto de socializar podemos añadir los juegos u otras actividades físicas como dar un paseo acompañados, enfundados en gorros de lana y chaquetas enormes. Si vas a hacer deporte, y previendo la gran ingesta que vendrá, es mejor que lo hagas antes que después. Si primero entrenas (sobre todo ejercicios de alta intensidad) es recomendable que esto sea un poco antes del consumo de alimentos. Así se refuerza el ciclo de recompensa (haces deporte y luego te das el capricho del banquete), se rellenan los depósitos de glucógeno recién vaciados y se consigue no llegar con tanta hambre a la mesa.


Un pequeño truco
En lugar de estar todo el día sin comer para compensar las calorías posteriores, es mejor tomarse dos buenas cucharadas de aceite de coco 15-30 minutos antes de comer, para activar el proceso de digestión y a la vez dar la señal de "empiezo a saciarme". Funciona. Y no te frustres al final si te has pasado e intenta volver al camino correcto cuanto antes.


Cuidado con lo que dices
Si el resto de comensales no conocen tu dieta o tienen preguntas, es mejor reservarlas para el final de la cena. Recuerda lo expuesto más arriba acerca de comer con la actitud adecuada. No querrás que te estropeen la comida ni tampoco que los demás miren a su plato preguntándose por qué han puesto esa salsa cargada de omega-6. Ni hay que ser exagerado, ni tocar ciertos temas estando a la mesa. Los enfados podrían llegar fácilmente y no es lo que queremos.


Un día es un día
Si dentro de tu historia caben un trocito de turrón y un bizcocho, adelante, a por ello. Vuelvo de nuevo con lo importantes que son los límites, pero también su flexibilidad. Si en las fiestas no eres un poco flexible, ¿cuando lo serás? Vivimos en un mundo cargado de infinitas opciones y, aunque muchas no sean saludables, tampoco lo es para muchas personas resistirse al 100%. No te vuelvas loco/a, eso es todo.


Por último, tal y como decía arriba, quiero pedirte que si deseas añadir algo más, te atrevas a dejar unas líneas en los comentarios. Estaré muy agradecido por ello.

Feliz Navidad. De verdad.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

El secreto para estar joven, delgado/a, sano/a, fuerte y mejor en general (II)

Quizás han quedado unas cuantas dudas acerca de la entrada anterior. Vamos a despejarlas.

Cuando hablamos de alimentos de verdad nos referimos a aquello que la naturaleza nos ofrece. Así, hemos de descartar productos. Sí, productos. De esta manera se simplifica nuestra elección. Cuando nos preguntemos si algo es comida de verdad podemos cambiar esta pregunta por "¿es un producto?". Los cereales de desayuno, las sopas de sobre, los cubitos de caldo, etc. son productos. Esto significa que alguien los ha elaborado previamente, los ha procesado, han pasado por una fábrica... No son un trozo de carne, una fruta o un huevo, sino algo que la industria alimentaria ha manipulado.

Los aditivos o, por el contrario, los resultados de un proceso de refinado, tampoco son comida de verdad. El azúcar, los conservantes artificiales o la retahíla de números E-XXX son algunos ejemplos.

En la comida de verdad encontramos 4 grupos que no coinciden realmente con lo que nos han hecho creer durante mucho tiempo. Estos son: fruta y verdura; carne/pescado/huevos; aceites/grasas, y frutos secos. ¡Vaya, parece que nuestras opciones se reducen! Pues no es cierto. Con esas cinco cositas puedes comer infinidad de cosas. Pero, ¿por qué esos grupos en concreto? Pues simplemente porque son el tipo de comida que ha estado disponible siempre y, por tanto, la que nuestro cuerpo aceptará y aprovechará. Esos alimentos y nuestra especie han seguido un proceso evolutivo en el que han coexistido y, por tanto, adaptándose entre sí, dejándose a muchos individuos "no adaptados" por el camino. Así, cada uno de estos nuevos grupos de alimentos son necesarios por diversos motivos. Simplificando:
-Fruta y verdura: vitaminas, minerales y fibra. La fruta además aporta azúcar en forma de fructosa, y algunas verduras nos proporcionan almidón.
-Carne, pescado, huevos: proporcionan grasa pero su importancia radica en el aporte de proteína, que ayuda a crear tejidos (hueso, músculo, tendones, órganos) y a mantenerlos y repararlos. Según el tipo pueden contener mayor o menor cantidad y tipos de vitaminas y minerales. El pescado azul, además, es buena fuente de ácidos grasos esenciales (imprescindibles).
-Aceites y grasas: la grasa nos da energía y es necesaria para absorber ciertas vitaminas que son solubles en ella y no en agua.
-Frutos secos: proporcionan ciertos minerales, fibra y gran cantidad de grasas variadas. No son un alimento imprescindible pero aportan variedad a la dieta. Debemos intentar no sobrepasarnos con ellos, ya que la naturaleza no los puso envasados sin cáscara, sino que vienen envueltos con una cubierta dura que debería impedir consumir demasiada cantidad. Los cacahuetes no son frutos secos, sino legumbres.

También hay unos cuantos alimentos de mentira, disfrazados como comida real. Si bien están disponibles en la naturaleza, no se "diseñaron" para que los consumamos.
-Cereales y legumbres: para poder comerlos hay que remojarlos, refinarlos, molerlos y/o cocerlos. Aunque nadie se comería un trozo de carne crudo es más bien por razones higiénicas, de gusto y culturales. Sin embargo si uno se come granos de cereal o legumbres tal y como vienen, saldrían de nuestro cuerpo de la misma forma que entraron: enteros. Es para pensárselo.
-Leche: merece una distinción especial, porque a muchas personas no les causa problemas, pero lo que debe quedar claro es que la leche que vemos en el supermercado no es un alimento real. Consumirla ya será decisión de cada uno. Otra cosa es una leche de calidad, de esas que ya casi no se pueden encontrar. Y también debemos tener en mente una cosa: las vacas no son nuestras esclavas y su leche existe para que los terneros se alimenten de ella. ¿Que nos puede nutrir? Puede ser, según la persona, pero no es cierto que sea un alimento imprescindible.

Insisto: Come alimentos de verdad.


Para saber más:
Eliminando cereales, legumbres, lácteos y lo que proceda
¿Qué es lo que no puedo comer? Y por qué
¿Qué se come en la dieta paleolítica?

lunes, 16 de diciembre de 2013

El secreto para estar joven, delgado/a, sano/a, fuerte y mejor en general

Cada maestrillo tiene su librillo pero hoy me gustaría compartir un truco infalible para optimizar tu vida de una manera que no te habías imaginado jamás. Quizás no solucione todos tus problemas, pero te aseguro que se aproximará a un truco de magia por lo bien que funciona. Se lo recomiendo a todos aquellos que me preguntan buscando soluciones a varios problemas.

¿Quieres estar más fuerte?

¿Quieres encontrarte mejor todos los días?

¿Quieres dormir bien, sentirte descansado/a y despertarte con ganas de ir a por un nuevo día, agradeciendo la oportunidad de empezarlo?

¿Quieres rendir más en algún deporte o simplemente en tu día a día?

¿Quieres notar cómo tienes energía a todas horas?

¿Quieres olvidarte de muchos de los malos hábitos que te preocupan?

¿Quieres dejar de tener que comer 5 veces al día?

¿Quieres utilizar menos medicamentos, productos de higiene, cremas, jabones, etc.?

¿Quieres que tus hijos crezcan más sanos, fuertes y ágiles? ¿O que tus mayores se encuentren como hace 30 años?

¿Quieres sentirte mejor que cuando estabas en el instituto?

¿Quieres visitar el médico con menos frecuencia y evitar tener que coger bajas laborales o estar enfermo/a en tus vacaciones? ¿Y terminar con los síntomas de una enfermedad crónica.

Y... ¿Te gustaría disfrutar de todas y cada una de las comidas que realizas tanto o más de lo que disfrutas con un postre?

Sí, son muchas cosas, lo sé, por eso te pido que vayas un poco más abajo, donde explico detalladamente la solución a cada una de ellas. No prometo que funcione, pero sí que será inocuo por lo menos, así que no hay riesgo en probar.


































































COME COMIDA DE VERDAD

viernes, 13 de diciembre de 2013

Receta paleolítica sencilla de polvorones / mantecados de cacao y canela

Receta paleolítica sencilla de polvorones / mantecados de cacao y canela

El otro día me puse manos a la obra para probar una receta de polvorones y la verdad es que el resultado fue excelente, así que me animaré para prepararlos también en nochebuena. No soy defensor de transformar recetas para hacerlas paleo, sino que opto por la comida real, aunque por las fiestas navideñas tenemos casi la obligación de hacer estas conversiones. Si tú también quieres probar, ¡vamos a por ello! Como siempre, la receta está hipersimplificada y, si yo puedo hacerlo (tengo muy poco arte en la cocina) ¡tú también!


Me gustaría, antes, hacer varias puntualizaciones con respecto a los ingredientes.

Los mantecados reciben este nombre porque se utiliza manteca de cerdo en su elaboración. Puedes elegir otra grasa si no tienes este ingrediente a mano y el aceite de coco o la mantequilla (si consumes lácteos) son perfectamente válidos. A mí me gusta especialmente el aceite de coco, como seguramente sabrás, y le da un toque que le sienta muy bien.

Verás que sugiero el "equivalente a 40g de azúcar". Evidentemente no usaremos azúcar blanquilla, sino algún edulcorante "paleolítico". Cierto es que no existe tal cosa, pero hay opciones aceptables. Tomamos como referencia el azúcar de mesa, no obstante, porque todo el poder endulzante se especifica a partir de él. Podemos usar algún polialcohol, como xilitol; miel (recuerda que es paleolítica pero básicamente azúcar), o azúcar de coco, por ejemplo.

Para darle un toque de sabor he hecho dos variaciones (ambas buenísimas) en la receta que aquí presento: una es con cacao puro y semillas de sésamo, y la otra con canela y coco rallado. Se pueden utilizar otros sabores, siempre naturales, que sugiero en la lista, o bien otros que elijas. Prueba otras combinaciones que se te ocurran, elimina el coco si quieres, o prescinde de las semillas de sésamo. Me gusta simplificar y esta es una forma de hacerlo.

La base del polvorones es la almendra, una de las reinas de estas fiestas. Está presente en este postre y en otros como el turrón. Como todos los frutos secos, ¡me encanta! Y seguro que a ti y los tuyos, también. Dicho esto, podemos hacer los polvorones únicamente con gusto a almendra, sin añadir el cacao, la canela u otro ingrediente que tenga el propósito de dar sabor.


Una vez puntualizados los ingredientes, hablemos de la nutrición de este dulce. Debemos tener claro que es algo para consumo puntual, así que no debemos pasarnos comiéndolos todos los días ni en grandes cantidades. Los frutos secos forman parte de la dieta paleolítica pero se deben limitar, ya que de forma natural no son tan accesibles como los tenemos hoy en día. Prueba a recolectar y abrir almendras, a ver cuando te cansas. También ten en cuenta que son ricos en omega-6 y desequilibran la proporción con respecto al omega-3. Si hablamos del edulcorante (polialcoholes, miel u otro) aunque sean naturales tampoco son fácilmente accesibles. Conclusión: disfruta sin pasarte; es un plato para disfrute saludable, pero no especialmente nutritivo.


He preparado estos polvorones en un horno de leña, así que la temperatura no ha sido exacta ni constante, pero 150ºC-180ºC deberían funcionar para un horno convencional. Simplemente mantén el ojo alerta. Al no ser necesario que suban (como un bizcocho) este parámetro no es de tanta importancia y únicamente debemos evitar que se quemen o se acerquen a ese punto.


Pues ya que he soltado la charla, soltaré ahora la receta. ¿Listos?


Ingredientes
Base:
· 125g de harina de almendra (o almendra molida fina, que es lo mismo)
· 60g de manteca, aceite de coco u otra grasa (ver notas al principio de la entrada)
· edulcorante equivalente a 40g de azúcar
Opcional, para la parte superior:
· almendra en trocitos, semillas de sésamo, ralladura de limón o coco rallado
· huevo batido para "pintar"
Si deseas darle otro sabor puedes optar por alguno de estos ingredientes para sumar a los de la base:
· 1 cucharada sopera de cacao puro.
· 1 cucharada sopera de coco rallado.
· 1/2 cucharadita de canela.
· vainilla.
· ralladura de medio limón.


Preparación
One- Poner la harina de almendra en una fuente para horno, extendiéndola por la superficie. Meterla en el horno y sacarla cada minuto para darle unas vueltas y volver a extenderla e introducirla varias veces hasta que salga muy ligeramente tostada. De esta forma no se quemará ni amargará. Tendrás que hacerlo muchas veces.

Two- Una vez que la harina esté fría, mezclarla con el resto de ingredientes, amasando hasta conseguir que la grasa se mezcle bien, por lo que recomiendo que sea lo último en añadir.


Three- Dar forma a la pasta resultante y colocarla en una fuente para horno previamente engrasada o bien con papel para que no se peguen. Para moldear los polvorones, hay que hacer bolas y aplastarlas o usar moldes de galletas u otro tipo. Yo he utilizado unos de corazón porque se los encontré a mi madre (estos días y hasta que se acaben las fiestas estoy en su casa) y me daban buen rollo. ¡Amor para todos! Si quieres decorar la superficie primero "píntala" de huevo y luego esparce las semillas, trocitos de almendra o ralladura de limón o de coco.

¡Caramba!- Después de hornear durante casi 10 minutos, déjalos enfriar para que endurezcan. Si no lo haces, se romperán. Di que has hecho polvorones caseros pero no menciones que son paleolíticos, ¡a ver quién se da cuenta!
polvorones de canela y coco
¿Necesitas aceite de coco? Encuéntralo aquí

lunes, 9 de diciembre de 2013

Cómo compatibilizar la dieta paleolítica con las costumbres actuales



El otro día me llegaba a los oídos la historia de una chica y sus "amigos". Todo el grupo era paleo aunque ella hacía una versión más relajada. Entre otras cosas, consumía lácteos. Cuando reveló este "secreto" al resto de sus amigos, casi la apedrean. Desde entonces simplemente dice que su dieta consiste en evitar cereales, azúcar y alimentos procesados.

La historia anterior me hizo pensar en las etiquetas, en la manera de vivir este modo de alimentación y compaginarlo con el resto de nuestra rutina y la de las personas que nos rodean.

Antes de nada me gustaría comentar que la dieta paleolítica, aunque tiene unas bases que podemos considerar concretas, es personalizable. Para quien tolere los lácteos es perfectamente válido que los consuma. También es respetable cualquier otra modificación dentro de los objetivos, tolerancias, alergias e historial de cada persona.

Desde mi perspectiva, escribiendo, intento ser cuidadoso. Es por ello que me gusta dejar claro si algo es rígido o flexible, y que cada cual se adapte o bien juzgue para sí. Siempre que pueda, lo haré así, informando al máximo. Supongo que en cada uno de los artículos que escribo habrá varios errores, por mucho cuidado que tenga. Pueden ser estos de estilo, de lagunas por lo que desconozco o simplemente falta de información mía o de la comunidad (paleo, médica, científica...) en general. Contra estos últimos no hay nada que hacer, pero intento corregir los otros. Pretendo propagar esta información de modo que no resulte dogmático, sino mostrando un abanico lo más amplio posible y, a la vez, manteniendo toda la precisión que pueda. Entiendo que quien lo lee no tiene por qué disponer de conocimientos avanzados en la materia (ya que en ese caso estaría visitando un blog o web diferente, más complejo) y, desde mi humilde punto de vista, quiero despejar dudas e intentar crear un contenido didáctico. Sé que uso mucho la palabra "depende" y similares. Es voluntario. No se pueden crear pautas rígidas en algo tan amplio como la salud o la nutrición. Aunque inevitablemente nos comparamos, no somos iguales que la persona que tenemos al lado, sin importar incluso que sea de nuestra familia. No sólo tenemos un cuerpo distinto, sino otras metas y hasta puntos de vista distintos que nos pueden hacer variar el patrón que seguimos.

Espero que con todo lo anterior,quede claro que cada cual tiene derecho (dentro de unos límites razonables) a elegir cómo personalizar su plato, su nevera y su vida en general, sin dejar de ser paleo.

A pesar de esta larga introducción, toca hablar del tema principal: paleo y vida.

Si quieres que tus costumbres no sufran por seguir un estilo de vida paleolítico, lo primero que te aconsejo es que conozcas tus posibilidades. Esto implica valorar las responsabilidades, horarios, eventos, trabajo y demás que pueden aparecer en tu día a día o esporádicamente. Lo siguiente es superar o modificar aquellas que podamos y evaluar cuales de ellas son inevitables y cuales podemos cambiar aunque nos cuesten porque están en nuestra zona de confort. Un ejemplo es el de coger un sándwich para llevar de camino a casa porque sé que no tengo nada en la nevera. La solución paleo sería optar por unos frutos secos o simplemente hacer unos huevos en cuanto lleguemos. Con un pequeño cambio se consiguen muchas mejoras, sobre todo porque se vence la inercia, la costumbre.

Cuando tengas un compromiso social, también hay que tener cuidado. Dependiendo de su naturaleza, es mejor actuar de una forma o de otra. Si siempre sigues las normas, no pasa nada porque un día te las saltes. Si es una comida familiar o con amigos de confianza, es posible que no tengas problema en seguir una dieta paleo como de costumbre. Si no te sientes preparado/a porque lleves poco tiempo u otro motivo, quizás deberías intentar adaptarte a lo que se presente. O puede que recibas el bombardeo de preguntas y órdenes del tipo "¿cómo no vas a comer pan?", "¿desde cuando no tomas postre?", "pues esa forma de comer no es normal", "lo natural es hacer dieta mediterránea". Seguramente los que dicen lo de la dieta mediterránea son los primeros en tomar postres azucarados todos los días (lo cual no está en línea con esa dieta) pero no es cuestión de juzgar a nadie. Si ocurre el bombardeo anterior, lo mejor es dejarlo y no discutir durante la comida. Ni a ti ni a los demás les gusta que les amarguen la cena, así que déjalo para después y no discutas. Si a alguien le interesa lo que haces, lo preguntará. Si no le interesa, no intentes convencer.

Puede que juegues con los hidratos de carbono o incluso estés haciendo una versión paleo cetogénica. En este caso recuerda que saltártela un día implica que lo pagarás durante unos cuantos, según como funcione tu cuerpo. La adaptación al modo quema-grasa puede romperse fácilmente y es posible que cueste volver a ella, quizás no tanto como la primera vez, pero tampoco tiene por qué ser un camino de rosas. En ese caso, si tienes una comida o evento, valora si te vale más la pena evitarla, adaptarte, explicar tu situación, poner una excusa o plantear alternativas. Quizás puedas pedir un plato personalizado o llevar tu propia comida. Es una decisión delicada y depende de ti. Sea cual sea tu elección, no la tomes en el último momento, sino de antemano. Suena un poco fuerte pero es la realidad.

Si tienes algún tipo de enfermedad, trastorno o historia particular, mi consejo es que no te salgas de la paleodieta a no ser que sea total y absolutamente inevitable. He visto muchos testimonios de personas que tienen intolerancias, por ejemplo, y por probar "un poquito" un día acaban pasando varios días mal. Lo que ocurre muchas veces es que quien tiene este tipo de problemas se desintoxica de aquello que le sienta mal y al reintroducirlo su cuerpo no está preparado. De esta manera surge una reacción que puede manifestarse con uno o varios síntomas como vómitos, mareos, malestar o dolor abdominal. Esto no quiere decir que su cuerpo se haya debilitado de repente, sino que antes luchaba de forma frecuente contra un elemento dañino y estaba preparado aunque estresado de forma crónica. Al enfrentarse de nuevo a ese elemento, no está preparado y la respuesta es aguda. Aunque esta segunda respuesta es más dolorosa, es puntual; la primera, sin embargo, va haciendo daño a lo largo del tiempo y puede acabar por crear síntomas irreversibles, como la continua gota de agua cayendo sobre la roca.

Cuando algo "salga mal", lo mejor es volver a recuperarse cuanto antes, portándose bien sin demora. Nada de culpas ni remordimientos. Si no tienes síntomas, mejor, pero si los tienes no te tortures y hazlo lo mejor que puedas. Recuerda que estás invirtiendo en tu salud y que si habitualmente te sientes bien, con energía, fuerza y optimismo es porque te estás cuidando. Habrá quien necesite hacer trampa de vez cuando, lo cual es también perfectamente válido. Comer es también compartir con los demás.

Como conclusión me gustaría insistir en lo importante que es la personalización. A lo mejor sigues una dieta paleolítica estricta o a lo mejor te consideras más bien "primal". Quizás seas de los que comen ciertos "almidones seguros" como en The Perfect Health Diet. Es posible que no seas 100% perfecto/a con tus elecciones sino un 80% y que necesites hacer trampas en alguna ocasión. También puede darse el caso de que tengas tu propia versión, como la muchacha del ejemplo, que tomó la inteligente decisión de poner a su dieta la etiqueta de "simplemente evito cereales, azúcar y alimentos procesados". Y es que al final todo es cuestión de etiquetas y normas que probablemente deban ser más flexibles y reducirse a que comas comida de verdad y evites aquello que no le guste a tu cuerpo. En todo caso, toma decisiones inteligentes, quiere a tu cuerpo, adáptate, elige alimentos de la mayor calidad que puedas y no te olvides de disfrutar de todo ello ya que si no no tiene sentido.


Imagen: http://loquedicelacienciaparadelgazar.blogspot.co.uk/

lunes, 2 de diciembre de 2013

¿Por qué no adelgazo? Otras 6 posibles razones


Hace un tiempo hablé de algunas posibles razones por las cuales puedes no estar adelgazando. Como estos motivos pueden ser casi infinitos es mejor que hagamos una lista bien amplia. Puede que entre tus obstáculos se encuentren estos o los de la entrada anterior.

No hacer una cantidad de ejercicio adecuado
Volvemos al tema del equilibrio. Hacer demasiado ejercicio es estresante y nos hará consumir más calorías o bien agotar el cuerpo (aunque nos sintamos bien por los efectos de este ejercicio). No movernos lo más mínimo también es negativo. No estamos diseñados para uno ni para lo otro. Recuerda las reglas 3, 4 y 5.

Cafeína
La cafeína provoca alteraciones hormonales y crea dependencia. Sin embargo también la podemos utilizar a nuestro favor. Pero si consumes café todos los días, tu cuerpo se habrá acostumbrado a ello. Esto quiere decir que funcionará de la misma manera que si nunca lo tomases, con la diferencia de que cada vez que lo bebas estarás causando un pequeño daño a tu cuerpo. Algunos beneficios de la cafeína son la mejora de la concentración y del rendimiento deportivo. Por eso, dentro de un plan de adelgazamiento, la cafeína puede dar un pequeño empujón si se consume de manera puntual, a corto plazo. Un buen momento para hacerlo es aproximadamente una hora antes de hacer ejercicio, ya que nos preparará para la acción. Y mejor si es por la mañana, ya que provoca una subida de cortisol, ayudando a ponernos a tono. El cortisol debe estar alto por la mañana y bajo por la noche de forma natural, para ayudar a cumplir un ciclo diario de estado de alerta y sueño.

Referencia errónea
Este no es un fallo de método, sino de observación. Cada persona es diferente y lo manifestará de una manera u otra si es que le ocurre. No quiere decir que no tengas resultados, sino que no los estás viendo y piensas que no estás perdiendo grasa. Un ejemplo sencillo es el de ciertos casos en los que se pierde grasa abdominal e incluso centímetros de cintura pero al principio da la impresión de que la piel cuelga un poco y está menos firme. Esto da a su vez la apariencia de mayor masa grasa debido a esta flacidez. Piensa que la elasticidad de la piel tiene un tope y un periodo de adaptación que depende de factores como genéticos, cantidad de variación o edad. En la mayoría de los casos esa piel recuperará casi toda su firmeza con el tiempo y buena constancia. Otras referencias erróneas son utilizar diferentes elementos de medida en cada ocasión o fiarse de espejos que están en distintos lugares, donde tanto la luz como el espejo en sí pueden hacernos ver diferentes. Simplemente no te obsesiones con las referencias para ver por qué no cambia tu composición corporal, date tiempo y sé constante.

Químicos
Algunos productos químicos como el Bisfenol-A pueden interferir en el peso y en muchísimas funciones corporales. Este compuesto de ciertos plásticos es un conocido disruptor endocrino, lo cual significa que altera el funcionamiento hormonal y, por tanto, el control del peso corporal entre otros. Estamos rodeados de productos químicos de los que desconocemos su alcance en nuestra salud y bloquean un estilo de vida saludable. Es recomendable evitarlos en la medida de lo posible, tanto para la limpieza del hogar como para la higiene personal. Una forma sencilla es reducir el uso de aquellos que necesitemos, descartar los que no y, sobre todo, evitar el plástico todo lo posible (en especial el que esté etiquetado con los símbolos de reciclaje 3, 6 o 7). Y jamás calientes plástico, ya que es una forma rápida de dañarlo y hacer que sus tóxicos se liberen.

Dormir mal
¿Te acuerdas de la regla 6? Pues es que dormir de una manera incorrecta trae una serie de problemas. A nivel de perder grasa nos puede afectar aumentando nuestro nivel de estrés y provocando consumir más comida de la que necesitamos. También hay otro mecanismo de compensación similar causado porque intentaremos compensar la falta de energía del sueño con una ingesta calórica que nos provea de una energía que realmente no necesitamos. En cuanto a los cambios de composición corporal (perder grasa y ganar músculo), debemos recordar que el descanso es lo más importante para construir músculo y si esto falla dejamos de ganar tejido muscular.

Comer poca grasa
Una cosa rara, ¿verdad? Pero es cierto. Para quemar grasa hemos de comer grasa, para "despertar" este sistema en nuestro organismo. Dejemos de atender a viejos dogmas que son incorrectos y empecemos a consumir grasa en todas sus variedades (excepto las grasas "trans" no naturales). El aceite de coco, debido a sus ácidos grasos de cadena media, es especialmente recomendable para esta tarea. No consumas solamente aceite de oliva y recuerda que la grasa animal de buenas fuentes está totalmente recomendada. La hemos comido desde el principio de los tiempos y hasta que nos han mandado dejar de hacerlo. ¡Pero la grasa no engorda!

Si quieres saber más, quizás te interese leer Cómo engordamos y qué hacer al respecto, de Gary Taubes.

¿Algún consejo más? ¿Te has identificado con alguno de los anteriores?