Tras la vuelta, nuevo propósito paleo: protocolo autoinmune. Aunque ya conté por encima como llevarlo a cabo, ahora que me he animado a hacerlo, es buen momento para profundizar un poco más. Por si te lo has perdido te recuerdo que sirve para mejorar ante enfermedades autoinmunes.
La información está recogida de varias fuentes. Según la que consultes puede haber algunas variaciones pero he intentado hacer un compendio bastante restrictivo, pensando que esta será la opción más válida. La idea consiste en eliminar aquellos alimentos que pueden causarnos algún tipo de problema y, posteriormente, reintroducirlos paulatinamente y ver si se presenta algún síntoma. Es una especie de puesta a cero. Primero restablecemos el sistema digestivo e inmunológico (de ahí el nombre), haciendo que este último se olvide de luchar contra elementos perjudiciales que nos llegan por medio de la comida. Al volver a consumirlos, tras este periodo de olvido (tanto a nivel mental como físico), habrá una reacción negativa más fuerte ante aquello que nos hace daño y que quizás ni siquiera sabíamos. Este paso dependerá de cada persona y por ello habrá quien se de cuenta de que no deberá volver a consumir ciertas cosas y otras las reincorporará sin problema. Vamos a ver qué es lo que tenemos que eliminar:
-Cereales y pseudocereales: todo aquello que se parezca a un cereal no se debe consumir. Esto incluye pan, pasta o quinoa. Es importante evitarlos al 100% porque su efecto es realmente potente.
-Legumbres.
-Leche y lácteos: ni siquiera está permitida la mantequilla (a veces considerada como simple grasa animal).
-Huevos.
-Frutos secos, semillas y derivados: ni estos ni sus aceites son aceptables. Además tampoco podemos consumir café o cacao (provienen de semillas). Recuerda que muchas especias son derivadas de semillas.
-Solanáceas: las que se consumen en España son las patatas, berenjenas, tomates y pimientos (todas las variedades, incluyendo los de Padrón o las guindillas). Sus derivados tampoco están permitidos e incluyen la cayena en polvo, el pimentón, el chile o las ñoras.
-Elevadas cantidades de fruta y verdura ricas en fibra insoluble: al consumirlas se puede dañar el intestino así que se recomienda reducir su ingesta y optar por otras variedades.
-Gluten: lo podemos incluir en la primera categoría (la de los cereales) pero como cada vez se encuentra en más alimentos es mejor tomar precauciones.
-Levaduras: aunque algunas fuentes recomiendan comida fermentada, otras dicen que es mejor evitarla debido a que las levaduras pueden interferir haciendo que las defensas la confundan con gluten. Esto es más complejo pero como idea final es aceptable.
-Alcohol: no hay ninguna bebida alcohólica permitida, aunque se permiten pequeñas cantidades de vinagre de vino o sidra que, siendo derivados, no contienen alcohol.
-Fructosa en cantidades superiores a 20g/día: está bien consumir alguna fruta pero no es bueno pasar de una o dos piezas porque su metabolismo y absorción pueden interferir.
-Edulcorantes no nutritivos: ni siquiera se permite la stevia. Aunque no aporten calorías, sí que roban nutrientes del organismo, así que se deben evitar. Con más razón si aportan calorías, ya que serían vacías (esto es redundante con lo de "no nutritivos").
-Conservantes, espesantes, emulgentes y otros aditivos: todo aquello que sea "raro" debe evitarse también. Como siempre, lo que hay que comer es comida de verdad y nada más.
Habrás visto que algunos alimentos no son paleolíticos pero aún así es necesario hacer especial énfasis en ello, sobre todo para despejar dudas. También es importante acordarse de leer muy, muy bien las etiquetas de los productos y en caso de que nos preguntemos si algo está permitido o no, mejor pensar que no lo está, puesto que este protocolo es muy sensible.
Recordemos que la eliminación ha de ser total y absoluta. De lo contrario estaremos dando dosis de recuerdo al sistema inmune, que permanecerá alerta y entonces el proceso no servirá para nada, siendo preciso volver a empezar. Esta eliminación se recomienda hacer durante 30 días aunque en casos graves puede ser necesario hacerlo un par de meses o incluso 6. Si es realmente grave es posible que haya que seguirlo durante 2 años, por ejemplo en caso de ser celíaco y tener problemas derivados de ello.
A la hora de preparar los alimentos es también imprescindible cocinar bien y a fuego lento (la digestión será mejor). Se recomienda consumir caldo de hueso con frecuencia, debido a que es muy rico en nutrientes e incidir, por eso mismo, en alimentos nutricionalmente densos (por ejemplo hígado, si no tienes contraindicaciones médicas al respecto), es decir, que aporten cuantos más nutrientes al día, mejor. También es bueno consumir cantidades generosas de omega-3 (sobre todo en forma de pescado azul) y asegurarse las dosis de vitamina D (en verano es suficiente con pasar un buen rato diario en la calle cuando la luz es buena). En cuanto a las verduras (que no sean ricas en fibra insoluble, recuerda) es bueno incrementar su ingesta centrándose en elegir una amplia variedad tanto de tipos como formas y colores, garantizándonos distintos nutrientes.
¿Estás dudando si hacerla o no? Yo lo estoy haciendo a pesar de no tener ninguna enfermedad, pero la puesta a cero sugerida me parece muy interesante y tampoco es muy difícil de seguir. Llevo ya más de una semana y no noto nada raro, ni siento presiones, ni me agobio a la hora de elegir lo que como así que me está resultando de lo más llevadero.
Mañana comentaré el resto de recomendaciones, aquellas que no están directamente relacionadas con la nutrición. No te preocupes: será una entrada más corta.
Imagen: thepaleomom.com
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