martes, 18 de junio de 2013

Vuelta a Londres, recapitulación del viaje e inicio del AIP


Anoche llegué a Londres después de mis largas vacaciones (aunque técnicamente no lo eran, puesto que dejé el trabajo). Estuve un mes en Galicia, descansando, tomando perspectiva, viendo llover... La inactividad me llevó a salir menos, a hacer muy poca vida social (después de un par de días vagueando no hay ya novedades que contar, ni tampoco mucho que hacer y así se crea un círculo vicioso) y a leer más. He descubierto también un par más de grupos paleo en Facebook (¡Hola a los que estéis ahí!) y me he reído con ellos del nuevo Tulipán sabor mantequilla, que es de lo más anti-paleo que he visto en mucho tiempo. Igualmente he hecho algunas pruebas más conmigo mismo, ¡que no falten! No he descubierto nada nuevo así que tampoco comentaré nada al respecto.

Durante todo este mes de vacaciones he seguido haciendo dieta paleolítica, sin excepción, al contrario de lo que solía hacer. La he seguido porque no siento la necesidad de dejar algo que me gusta, que me hace sentir bien, simplemente porque el pensamiento tradicional es que hay que "portarse mal". No lo necesito, no lo quiero y no me satisface comer cosas neolíticas, sino que me crea ansiedad, me impide dormir bien y me hace bajar el nivel de energía. Lo que sí he hecho, por comodidad y porque no me supone ningún problema real, es consumir lácteos fermentados (queso y yogures) y algún que otro aditivo no del todo recomendable, pero en cantidades muy reducidas. Casi el 100% de lo que consumí se puede considerar totalmente paleo y creo que todo era, cuanto menos, primal.

A mi madre habría que hacerle un monumento. Se ha preocupado de hacerme comidas paleolíticas, de preguntar lo que comería o no, de adaptar recetas (algunas las publiqué en el blog). Además de hacer empanadas, bizcochos y otros para los demás, también se buscó la vida para hacer versiones paleo: doble trabajo. Se sorprendía un poco de mis métodos de ayuno intermitente aunque la comida no me la he saltado nunca porque es un momento familiar y aunque no tuviese hambre sí que le hincaba el diente a algo. Me parece una forma de respeto y además es un modo de formar parte del ritual y de conectar entre todos.

Ahora es momento de empezar a buscar trabajo de manera salvaje. Hoy mismo empecé, después de haberme puesto al día y terminar pequeñas tareas necesarias como llevar la bici de nuevo a la calle (estaba guardada en la habitación, por si las moscas) o hacer algo de compra. Desde luego todo sería más fácil si supiera en qué quiero trabajar. A ver si me encuentro con una adivina de puta madre que me acierte en la vocación. No se puede tener 29 años, con tanto arte por las venas, y no saber qué ofrecerle al mundo. Cada vez tengo más claro que una granja es el futuro, ¿pero cuál es el presente? De momento, si alguien tiene pensado abrir un restaurante paleolítico en Londres, que me avise. Yo le cocino, le atiendo las mesas o le despacho la barra (solo una opción, ¡eh!). Si hace falta me pongo una camiseta con aquello que vi el otro día en Facebook de "soy feo... pero sé cocinar".

Centrándome en la vuelta a la ciudad, y tal y como me propuse anteriormente, he empezado a seguir el protocolo autoinmune (AIP por sus siglas en inglés). Hoy es el segundo día. Pronto daré datos concretos por si alguien más quiere animarse también. Este procedimiento está pensado para aquellas personas que tengan algún tipo de afección crónica, de raíz autoinmune o incluso alergias. No es mi caso, pero me llama la atención que gracias a ello se puede mejorar en aspectos que no imaginamos porque podemos tener enmascarados. También ayuda a restablecer el equilibrio del intestino, haciendo que éste aprenda a mejorar la absorción de los nutrientes y, a su vez, no deje pasar aquello que no deba, debido a una mejora de sus tejidos. En mayor o menor medida todos tenemos problemas de este tipo y de ahí surge realmente mi interés. En un contexto de alimentación paleolítica, gracias a que se eliminan alimentos muy dañinos, el estado suele ser bueno, pero siempre es positivo repararlos en la medida de lo posible. No creo que vaya a obtener ningún beneficio adicional al seguir el protocolo pero tampoco me supone ningún problema ni esfuerzo hacerlo. Y también puede ayudar a alguien a animarse si está en dudas sobre si hacerlo o no.

Si te interesa esta información, estate al loro, que pronto ampliaré todo lo que ya puse anteriormente para poder hacerlo sin dudas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario