sábado, 19 de enero de 2013

Las razones

Es la tercera entrada y aún no he escrito nada sobre el tema central. Pronto pasaré a hacerlo pero antes quiero dejar claras las razones y los pensamientos previos que me han llevado ha "volverme" paleolítico y a escribir estas líneas. Hasta ahora todas las entradas están etiquetadas como "personal" porque de momento es el momento de que cuente mi historia.

Mi familia y mis amigos están cansados de escucharme con esto. Siempre tengo en la boca la frase de "¿sabes como lo solucionaba yo? Con dieta paleolítica". Sí, me repito demasiado, así que mejor escribirlo. Nos han bombardeado toda la vida con una serie de pautas alimenticias que nos creemos a pies juntillas sean o no verdad y estén demostradas o no. Algunas demostraciones incluso han sido erróneas. Pero tenemos estas pautas asimiladas dentro de nuestras creencias, exactamente al mismo nivel de que el sol sale todos los días. ¿Y qué pasa si no es así? Mi consejo es que no solo creas lo que lees aquí, sino que dudes, investigues y contrastes información. Entiendo otras dietas, otros puntos de vista y otras costumbres y me parecen bien siempre que haya alguna razón lógica. Por ejemplo, aunque no defiendo a los vegetarianos, me parece genial que una persona no coma animales porque lo considera poco ético. Y aplaudo esa decisión. Pero ya estoy harto de creerme que comer Special K me va a poner estupendo para el verano, que la leche desnatada es un alimento prodigioso y que tengo que comer pan cada día o si no me moriré de algo (aún estoy investigando de qué).

¿Y cómo llegué a pensar que la dieta paleolítica era la solución para la vida eterna? Bueno, primero me di cuenta de que era ateo (no exactamente, pero por simplificar). Eso me facilitó bastante las cosas. Años más tarde y, progresivamente, fueron pasando cosas. Allá por enero de 2009 fue cuando dejé de fumar, empecé a hacer deporte y me empecé a informar sobre la alimentación. Muchas veces me preguntaba por la vida de los hombres de las cavernas: "¿Cómo soportarían el frío en invierno?", "¿Cómo solucionarían este problema?", "¿Qué comían y cómo lo preparaban?"¿Cómo se curaban de las enfermedades y cómo las evitaban?". Con cada pregunta pensaba con más ahínco que poco a poco somos más débiles debido a la vida moderna. Para comprobarlo no hay que ir al paleolítico siquiera, sino un par de generaciones atrás, en las que el trabajo físico era todos los días, todo el día.

A la vez también pensaba en cual sería la dieta "correcta". Siempre se nos dice que hemos de comer de una o de otra forma y que ciertas cosas son mejores o peores para el colesterol, la hipertensión, los resfriados, etc. A mi mente volvía la idea paleolítica. Mi pensamiento era que lo más correcto sería comer como lo hacían nuestros antepasados. Si ellos sobrevivieron tantos años comiendo así, desde luego que no habrá error en imitarlos.

Un día llegó a mis manos un reportaje de la revista Muscle & Fitness que hablaba de la dieta paleolítica. No tenía mucho sentido porque decía cosas como que se podía tomar leche en etapa de volumen ("quiero ganar músculo") pero no de definición ("quiero perder grasa") y hablaba de suplementos vitamínicos y similares. Surgían dudas. ¿La leche es buena o mala? ¿Suplementos para algo que se supone que de por sí es óptimo? Estas dudas se aclararían más adelante, y todo tendría sentido, pero antes tuve otro contacto con un artículo similar. En esta ocasión fue en la revista Men's Health. Y más tarde otro artículo en el blog deportivo Vitónica. Seguí investigando y leí un libro del tema: Paleodieta para Deportistas, de Loren Cordain y Joe Friel. Poco a poco empecé a investigar más y a leer más libros del tema y a tomar esas costumbres. También ha cambiado mi concepto de "dieta". Hasta hace poco esta palabra tenía connotaciones de esfuerzo y de ser algo temporal con un objetivo a medio plazo. Progresivamente la idea ha pasado a ser simplemente la forma en la que uno come y considero que ya no es temporal ni entraña esfuerzo.

¿Y qué pasa con otras dietas? ¿Son buenas o son malas? ¿Funcionan? ¿Se han de seguir? Mi opinión actual es que cada una puede servir para ciertos propósitos y ser más o menos efectiva. Lo que en la calle se llama "dieta de gimnasio" (el mítico pollo y arroz, para simplificar) por supuesto que funciona, y combinada con una rutina eficiente se notan los efectos, dependiendo de qué se busque y cómo se haga. Lo mismo para dietas específicas para otros deportes. En cuanto a la famosa dieta mediterránea creo que es la más sana de las occidentales y además es relativamente fácil de seguir para el español medio. Me gusta además que promueva el consumo de frutas y verduras. En las dietas milagro por supuesto que no creo, aunque para todo hay matices según los casos. Veo, sin embargo, que en general se come muy mal y en esto no hay duda. Abusar de los dulces, alcohol, conservantes... Creo que todos estamos de acuerdo en que no es bueno para cuerpo. Hace no demasiados años yo mismo consumía una cantidad desorbitada de gominolas, patatas fritas (2 bolsas enteras de las grandes que me solía tragar cada domingo) y borracheras. Mi pensamiento antes de empezar a seguir la paleodieta era que si no había tenido grandes problemas cuando comía tan mal, no debería tener grandes problemas tampoco por comer de una manera que apuntaba a ser correcta. Decidí probar porque no había nada que perder.

Por último decidí empezar este blog. Hay infinita información disponible en inglés, desde vídeos en YouTube a libros, blogs, foros y todo tipo de contenido. En español, sin embargo, las fuentes son más bien escasas y no se encuentran fácilmente. De esta forma aporto mi pequeño granito de arena a quien pueda interesar. ¿Comentarios? Se aceptan.

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