lunes, 18 de febrero de 2013

¡Pa-ta-ta!

Aquí decimos "cheese"para hacer una foto. Pero ni el queso ni las patatas son alimentos paleolíticos, como tampoco lo son las cámaras. Estas últimas las aceptaremos porque no son para comer.

A mucha gente le extraña que las patatas no se consideren paleolíticas. ¿Sabes cuando se empezaron a comer? Pues mucho después de la agricultura, así que son todavía más recientes que los cereales. Recuerda que vinieron de Sudamérica, cuando aún se conocía como Las Indias.  Ahora seguramente tenga más sentido, ¿no?

Piensa también en comer una patata cruda. Yo no lo intentaría, por si acaso. Es verdad que en la paleodieta se cocinan los alimentos, pero no es comparable una patata a un huevo. Aunque ambos nos resultarían desagradables hoy en día, la patata es directamente incomible.

Hay otro punto más que considerar: los nutrientes. Si aún piensas en consumir patatas, recuerda que son muy pobres nutricionalmente y básicamente lo que aportan es almidón, un hidrato de carbono que es, en esencia, azúcar.

Podemos encontrar alternativas a la patata, como es su hermana la batata o boniato. Sigue siendo muy alta en cantidad de carbohidratos pero es nutritiva, destacando, por ejemplo su contenido en vitamina A o en carotenoides.

El boniato puede no ser una gran opción por ser poco habitual en España y por su aporte de almidón. Dependiendo de la receta, podemos encontrar distintos sustitutos. Para la tortilla española, por ejemplo, prueba a añadirle puerro. Además se prepara más rápido. Y si no puedes pasar de las patatas como guarnición opta por una ensalada o sofríe unos palitos de calabaza, que son más sabrosos.

Seguro que se te ocurren más ideas, ¡adelante!

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