sábado, 16 de febrero de 2013

El descanso

Una de las grandes olvidadas normas en las dietas es la del descanso. Tanto el reposo como dormir lo suficiente, son vitales. No es posible estar sano si no facilitamos esta tarea al cuerpo. Igual que un coche necesita revisiones periódicas, o un ordenador precisa de ciertos mantenimientos con frecuencia, tu cuerpo también lo precisa. Una ligera inactividad, es necesaria para evitar un sobreesfuerzo muscular, articular, óseo. Los periodos de actividad son necesarios, también, pero eso nadie lo pone en duda y todos recordamos que debemos movernos. El equilibrio es lo que buscamos. Recuerda que el hombre paleolítico tenía grandes momentos de ocio familiar/social. Dicho esto, pasemos a los consejos.

Es muy importante dormir las horas necesarias. Es verdad que cada persona tiene unas necesidades distintas, pero generalmente son necesarias 8 horas como mínimo. En mi caso, suelo necesitar unas 9 al día. Lo ideal es dormir en total y absoluta oscuridad y levantarse sin despertador. Insisto, lo ideal. Aproxímate lo más que puedas. También se debería mantener un horario de sueño regular y, por tanto, no levantarse demasiado tarde los fines de semana. Elimina todos los aparatos electrónicos de tu habitación o, al menos, apágalos. Hay personas a quienes les afectan incluso los relojes. Ante la duda, ctrl+Z. 

Si haces deporte, te lo habrán dicho mil veces, pero yo insisto. Si no lo haces, también aplica. El cuerpo se recupera, repara, crece y, en definitiva, mejora con el descanso. Si entrenas al 100%, comes correctamente y te cuidas en general, pero no descansas, no mejorarás todo lo que podrías. Incluso podrías irte al otro lado y potenciar un sobreentrenamiento y acabar padeciendo una fatiga crónica. Puede incluso que ya la padezcas y ni lo hayas notado, simplemente porque consideras que esa es la forma normal de sentirse, seas deportista o no. Un buen descanso mejorará toda tu vida. Recorta esas dos horas de la noche que te pasas pegado/a a la tele sin hacer nada y que no te aportan ninguna satisfacción.

Con todo lo anterior, hemos de añadir el caso hormonal. La mayoría de las hormonas se revolucionan si el sueño no sigue patrones adecuados. Los procesos hormonales dependen de factores externos y son altamente sensibles. Al desequilibrarlas, el organismo se vuelve loco, ya que son las que manejan sus listas de tareas. Se ha comprobado que la grelina y la leptina (que son antagonistas y controlan el equilibrio saciedad/hambre) se desestabilizan especialmente, haciéndonos sentir hambrientos cuando no dormimos bien.

Aprende a comer con tranquilidad. Estar relajado antes, durante y después de la comida, es importante para asimilarla correctamente. Si además añadimos el componente emocional de ese estado de ánimo, nuestra ingesta será más placentera. Y olvídate de salir a correr o a entrenar justo antes o después: es como arrancar el coche con la manguera de gasolina en el depósito.

Otro enemigo del descanso es el estrés. Busca tu propio método según tus condiciones personales y el momento en el que se presente. Si tienes estrés en el trabajo puedes empezar a ver las cosas desde otro punto de vista, con otra filosofía. Si se te presenta una situación desafiante por la que no debes pasar, evítala. Intenta reducir las discusiones, quiere a quien te rodea, entiende a los demás. Muchas veces no nos gusta cómo actúa alguien simplemente porque nos recuerda algo propio que no nos gusta, o porque no entendemos su proceder, o porque creemos que lo haríamos de otra manera. Todos somos diferentes y eso es maravilloso. ¿Te imaginas un mundo con todo el mundo igual? ¡Que aburrido! A veces creemos que sabemos los motivos por los que alguien actúa de cierto modo, pero solo lo creemos. No sabes al 100% las circunstancias de esa persona, igual que otros no sabrán las tuyas. Tenemos que compartir un planeta, tolerémonos.

Un último parámetro a considerar sobre el tema del descanso es el exceso del mismo. Se sabe que no es tan mala la falta de actividad como el exceso de inactividad. En otras palabras: no importa que hagas deporte o te muevas con frecuencia si al final te pegas al sofá durante horas, cada día. Insisto, insisto, insisto: el equilibrio es la clave. Muévete, haz, reflexiona, para, crea, progresa, detente, mira, elabora, mejora, observa, calla...

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