sábado, 30 de marzo de 2013

Así dejé de fumar



Hace unos días te contaba lo de NY y el tabaco. Ahí te decía que hace más de 4 años que no fumo. Bien, pensándolo en serio, me parece injusto que llevando un blog sobre vida sana y dieta, no hable de mi experiencia en este sentido.

Dejar de fumar y empezar a hacer ejercicio fueron todo uno, con una diferencia de 3 días entre sí. Cuando cumplí los 25 años decidí que podría empezar a empeorar físicamente y a nivel de salud, o bien ser el ejemplo de aquel famoso dicho sobre el vino. Como en general me han gustado siempre los hombres de 25 a 35, opté por lo segundo. El vino ni me va ni me viene.

Mi iniciación al deporte, en el gimnasio, me inició también en el interés por la nutrición, sobre todo gracias a la ayuda de los monitores, que me ayudaban en todo. Lo del tabaco, fue de forma personal.

Muchas veces me preguntan cómo hice para dejarlo. No han sido muchos pasos pero los voy a explicar, dejando claro que realmente deseaba dejar de fumar, sobre todo porque lo primero y lo último que hacía en el día era lo mismo: encender un cigarrillo. Fumaba una cajetilla al día o cerca de dos enteras en una noche cualquiera de fiesta. Un domingo, 18 de enero de 2009, me puse un documental para dejar de fumar en el que explicaban como funciona esta adicción. Fue el último día que fumé, dejando en mi habitación varias cajetillas arrinconadas (casi un cartón entero). Los siguientes 15 días tuve muchos cambios de humor, pasando de la risa al llanto en minutos y no me sentía bien. Aunque no estaba en un gran momento personal, esto lo agravó. Seguí el consejo de no evitar los hábitos "de cigarrillo" así que seguí haciendo los descansos de 5 minutos en el trabajo y tomando café con frecuencia pero sin fumar. Al contrario de lo que pensaba, tener que esperar por alguien en un sitio no era un suplicio (cualquier fumador sabe que esperar implica fumarse un cigarrillo) sino que simplemente esperaba, sin ansiedad. Días más tarde regalé las cajetillas sin abrir que me había dejado.

A día de hoy sigo diciendo que, si volviese a nacer, volvería a fumar, y volvería a dejarlo. Gracias a ese maldito vicio entiendo lo que es una adicción, y nadie puede juzgarlo si no ha tenido alguna de tal calibre. Esto me ha enseñado mucho y me parece una lección sin precio aún a riesgo del daño que causé a mi salud en mis años mozos. Y a nivel personal es una gran satisfacción llevar este logro y no haber vuelto a dar una calada en todo este tiempo. Y, claro, nadie es "no fumador" si antes fue "fumador". Será siempre "ex fumador", lo que implica que dar una calada es recaer. Lo hay que tener muy en cuenta.

Imagen: http://www.artesanum.com/

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